Sonia, “la mamá”. Febrero 2014.
Karina me comentó que Sonia para ella es como una madre, la puerta de su casa está siempre abierta para todas. “Venían todas, como ella, Karina, venían hasta tarde y no tenían donde quedarse. Entonces dije que vengan y quedaban a dormir, matecito, comida... Nunca le cerré las puertas a nadie, viniendo con buena onda, y nunca les dije no tengo... aunque sea un cachito así, y hasta hoy gente que me conoce de tiempo, llegan a la hora del mate y vamos a compartir un mate. Llegaron a la hora de comida: sentate, vamos a comer. Y así. Yo me siento feliz así. Gracias a Dios”.